8 jul 2011

UN CUENTO

-       ¿Buena o mala suerte?
He aquí un hermoso cuento sufí que nos habla de forma sabia de la relatividad de la “buena” o “mala” suerte, de cómo ciertos acontecimientos inicialmente catalogados como negativos pueden, con el paso del tiempo, convertirse en positivos y viceversa. Dice así:
“Había una vez un hombre que vivía con su hijo en una casita de campo. Se dedicaba a trabajar la tierra y tenía un caballo para la labranza y para cargar los productos de la cosecha. Era su bien más preciado. Un día, el caballo se escapó. El vecino que se percató de este hecho, corrió a la puerta de nuestro hombre diciéndole:
-       Tu caballo se escapó, ¿qué harás ahora para trabajar el campo sin él?, Se te avecina un invierno muy duro, ¡qué mala suerte has tenido!
El hombre lo miró y dijo:
-       ¿Buena suerte o mala suerte? Sólo Alá lo sabe.
Pasó algo de tiempo y el caballo volvió a su redil con diez caballos salvajes con los que se había unido. El vecino, al observar esto, otra vez llamó al hombre y le dijo:
-       No sólo recuperaste tu caballo, sino que ahora tienes diez caballos más que podrás vender y criar. ¡Qué buena suerte has tenido!
El hombre lo miró y dijo:
-       ¿Buena suerte o mala suerte? Sólo Alá lo sabe.
Más adelante el hijo de nuestro hombre montaba uno de los caballos salvajes para domarlo y cayó al suelo partiéndose una pierna. Otra vez el vecino fue a decirle:
-       ¡Qué mala suerte has tenido! Tu hijo se accidentó y no podrá ayudarte, tú eres viejo y sin su ayuda tendrás muchos problemas para realizar todos los trabajos.
El hombre, otra vez lo miró y dijo:
-       ¿Buena suerte o mala suerte? Sólo Alá lo sabe.
Pasó el tiempo y en ese país estalló la guerra con el país vecino de manera que el ejército iba por los campos reclutando a los jóvenes para llevarlos al campo de batalla. Al hijo del vecino se lo llevaron por estar sano y al de nuestro hombre se le declaró no apto por estar imposibilitado. Nuevamente, el vecino corrió diciendo:
-       Se llevaron a mi hijo por estar sano y al tuyo lo rechazaron por su pierna rota. ¡Qué buena suerte has tenido!
Otra vez el hombre lo miró diciendo:
-       ¿Buena suerte o mala suerte? Sólo Alá lo sabe.
 

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