UNA PREGUNTA:

-       ¿Es “legítima” la “legitimidad” de las urnas?

  Por poner un ejemplo, según datos consultados en http://www.elmundo.es/elecciones/elecciones-catalanas/ el partido que gobierna actualmente la Generalitat de Catalunya ha sido votado sólo por un 15,37 % de la población (si el índice de participación fue del 53 % y, de este 53 %, obtuvieron el 29 % de votos, hagan cálculos). Tres cuartos de lo mismo ocurre con el gobierno de España y de otras Comunidades Autonómas, ¿o no?

  Teniendo en cuenta que ese porcentaje –minoritario- que ha votado al partido –mayoritario-, la mayoría de las veces se ha basado en unas promesas electorales que luego no se cumplen en muchos casos…

  Teniendo en cuenta que en el transcurso de la legislatura se suelen aprobar reformas que suponen cambios que afectarán de manera importante a la mayoría de la población –por ejemplo, los actuales recortes sociales, o ayudas a determinados sectores financieros con el dinero público- sin efectuar ninguna consulta o referéndum popular para validarlos, es decir, bajo el supuesto de que quiénes han salido una vez “legitimados” por las urnas tienen a partir de ese momento “carta blanca” hasta la nueva convocatoria de elecciones…

  Teniendo en cuenta que los gobiernos “legitimados” por el pueblo suelen estar sometidos a fuertes presiones por parte de poderes en la sombra (por ejemplo, el FMI) que, más que a la defensa de los derechos de las personas, se dedican a defender sus propios intereses y los del “mercado”…

  Teniendo en cuenta que se están vulnerando principios fundamentales aprobados en la propia constitución, como el derecho al trabajo o a la vivienda…

  Teniendo en cuenta el sufrimiento que esto ocasiona a miles, a millones de personas…

  Teniendo en cuenta el número de políticos corruptos que se presentan en las listas electorales…

  Teniendo en cuenta la tergiversación y manipulación de la información que, a menudo, se realiza en los medios de comunicación…

  Pues, eso, me plantea serias dudas. ¿Que, aún así, es el menos imperfecto de los sistemas? Pues no sé, no me lo creo. Si fuera así, realmente sería muy triste, tristísimo. Pero, yo elijo tener esperanza, quiero pensar que “otra democracia es posible”, que aunque el camino no vaya a ser fácil, entre todos podemos construir algo mejor y seremos capaces de hacerlo. ¿Qué opinas tú? La pregunta está en el aire.